jueves, 18 de junio de 2015

OPOSITORES

Compartir momentos y estancias con los compañeros de viaje, amigos, gente necesaria…Sentarse en el suelo con los ojos cerrados a escuchar música, tumbarse en la hierba a mirar las nubes, a hacer nada…Caminar a la vera del río, gastar la tarde echando fotos a los árboles o gastar la mañana en una librería. Leer a cualquier hora. Salir a cenar. Ir al cine. Jugar con los niños, jugar a ser niño… Conversaciones en la madrugada. Tardes sin prisa…Son algunas de las muchas cosas que los opositores/as tenemos que posponer como si la vida aguardara y no siguiera indiferente su paso…
¡A ver si esta vez apruebas!, sé que me dirá más de uno…Y se me pierde entonces la memoria en el recuerdo de la satisfacción efímera que produjo el haber visto mi nombre más de una vez al lado de esa nota tan cercana a la máxima nota que se puede obtener. Y en la incomprensión al conocer que detrás de esa nota se escondía un nuevo “NO”. Hay cosas que no se saben entender y ésta es una. Porque duele el esfuerzo sin recompensa y duele que queden diluidos e invisibles los mil intentos. Ese cursillo intensivo de Técnico Especialista en Magia, para multiplicar los minutos de las horas, para convencerse a uno mismo de que se puede vivir durmiendo cinco horas al día sin dejar de soñar…Ahora que me encuentro a las puertas de un nuevo intento, no sé cuántas veces más tendré que gritar que amo este trabajo, que es esto lo que quiero hacer…Pero sí sé que ningún “No” me va a quitar  ni el amor ni la ilusión y ahí seguiré “gritando cuando haga falta, riendo cuando haga falta, cantando cuando haga falta”, como dijo aquel poeta. Al fin y al cabo, yo he tenido la suerte de que me permitan “vagaMundear” por los colegios…( Mentira parece que haya que llamarle “suerte”. Pero así es, porque otros compañeros/as siguen ansiando una llamada que les permita de una vez mostrar la creatividad y las ganas que guardan en sus mochilas, perdidos en esas listas inmensas como la esperanza con que aguardan. )  Y seguiré abriendo los ojos y el alma de par en par al camino,  pues en él he encontrado enseñanzas y alumnos/as, compañeros/as, madres…cuyos nombres llevo dentro porque me ensancharon el corazón y la mirada…Así que, no tengo miedo. La gratitud que siento no le deja sitio para habitarme. Sólo fracasa el que se rinde. Sea pues, lo que tenga que ser…



Belén Cano Padilla