viernes, 26 de enero de 2018

¿QUIÉN CUIDA A LOS CUIDADORES?


Resultado de imagen de abuelos y nietas

Con este pequeño relato, dejo una caricia sanadora, para esas personas que cuidan a otros y cuyas necesidades, con demasiada frecuencia, se vuelven invisibles.


Lo que no se ve

 Rosario  amarraba fuerte a los travesaños de la cama, las manos de Antonio. Para que él, en la anestesia del sueño, no se quitara las sondas que impunemente se colaban por diversos orificios de su cuerpo. La intención era buena, pero no la manera.
¿Cómo podría él, rascarse los pies invisibles?, se preguntaba Laura. Y con el angustioso ruego de no ser nunca esas manos: Ni las que son atadas ni las que atan, consiguió trazar un mapa mental perfecto que le permitía  recorrer a gatas y a oscuras, la distancia que separaba su habitación de la de ellos. Allí desataba las manos del anciano. Al amanecer, corría a la habitación donde la buena suerte y la complicidad de su abuelo la esperaron cada mañana. Hasta aquella de otoño tardío, en la que Antonio, marchó en busca de aquellos pies que ansiosos de libertad, se fueron un día sin él.
BCP