jueves, 25 de mayo de 2023

 SIEMPRE EN TI (LA SOGA DE LOS ESPÍRITUS)


Me di cuenta de que la casa de al lado volvía a estar habitada, cuando vi una capa negra colgada del tendedero. Para entonces, toda la calle hablaba ya de la nueva vecina. Pero yo, con mi despiste habitual, aún no me había enterado de nada.

Entretenida estaba observando esa curiosa capa , cuando salió a su balcón. Por su forma de mirarme, sé que supo que me costaba disimular la sorpresa ante su aspecto: tendría unos cuarenta y cinco años, llevaba un vestido que parecía sacado del siglo XII, rastas castañas y malvas descendían hasta su cintura. No podía precisar, desde la distancia a la que la observaba, qué símbolos tatuaban sus manos. Llevaba varios piercings distribuidos por el rostro y las orejas, rostro bello, enigmático, de mirada oscura y profunda…


Le sonreí. Alcé la mano en señal de saludo y le grité: “¡bienvenida!, soy Laura!”.

Sin decir nada y sin parar de mirarme, llevó la mano derecha hasta su pecho y a continuación, me lanzó algo que no atiné a coger.. A mis pies, descansaba una pequeña bolsa de tela, estampada de lunas blancas sobre fondo negro.

La cogí con curiosidad y algo de temor. Dentro había un cristal, me pareció cuarzo y un palo de madera junto a un papel plegado. Con letra exquisita decía: limpia tu casa, enciende el palosanto. Pon el cuarzo cerca de donde sueñas. ¡Protégete!


No la volví a ver hasta quince días después, en la tienda del barrio. Mientras Paco, el dependiente, repasaba la lista de productos que la nueva vecina le había encargado: trigo sarraceno, sal rosa del Himalaya, canela, clavo y manteca de coco…, ella se acercaba a cada uno de los que estábamos allí, susurraba con voz dulce unas palabras y  entregaba un ramillete de hierbas.


Nadie hablaba, todos observábamos, como el que espera el desenlace de una película. Finalmente, se acercó a mí, que fui la última en entrar en la tienda, me miró a los ojos con su mirada de túnel, tomó mi mano derecha y depositó en ella un atillo de tomillo, romero y laurel, al tiempo que me susurraba: “acepta lo que realmente eres y abraza lo que llena tu alma…”


Pasaron los días y ya no  parecían existir más temas de conversación que Mara, pues así se llamaba la vecina, y su extraño comportamiento. La mayoría, quería que se fuera, no toleraban su presencia, la creían loca, le tenían miedo…Incluso alguno habló de denunciarla, pues no la consideraban una buena influencia para sus hijos, ya que Mara tenía los arriates repletos de extrañas plantas, que todos consideraron drogas…


A mí, sin embargo, me cayó bien desde el principio. Me parecía auténtica, valiente…además de eso, tenía la sensación de que ya la conocía, aunque nunca antes la había visto, pues sin duda alguna, a alguien así, no habría podido olvidarla.


A lo largo de estos meses, el rechazo que provocó en la calle, fue directamente proporcional a nuestra cercanía. Llegamos a tener tal grado de confianza, que  incluso me pidió una noche que la acompañara en un ritual espiritual con ayahuasca,  para que yo velara por su regreso…


Por eso hoy, me desarma su repentina huida. No sé cuándo se ha marchado. Nadie la ha visto partir. Nada en su comportamiento nos habló de despedida…Simplemente, hoy no está. Ya no hay capas ni túnicas en el tendedero, no escapa aroma de palosanto por las ventanas cerradas a cal y canto. Los arriates solo muestran tierra desnuda…

En mitad del desorden en el que me ha dejado, he atinado a ver algo en uno de los escalones que bajan hasta el patio anexo a mi sótano.. He corrido hasta allí, como si en ese “algo” aguardaran las respuestas a la amalgama de preguntas que se amontonaba en mi pecho.

En una pequeña bolsa de tela, estampada de flores malvas, una Piedra de Luna, esencia de mirra y un papel enrollado que decía: “Eres lo que eres. Sal a tu encuentro. Mi misión aquí ha concluido. Siempre en ti. Mara”

Al leer esto, junto con mi piel erizada, un tropel de imágenes se han encontrado en mi frente. Todo está claro ya. Será esta noche de luna llena en acuario, pienso, mientras me dirijo al desván, en busca de aquel cofre olvidado…


  La luna alumbra el lugar exacto. La tierra húmeda no ofrece resistencia, el candado abraza la llave, como dos amantes que se reencuentran tras una infinita espera. Aquí está todo lo que ha sido custodiado con mimo por el arce milenario: las túnicas, el caldero, la escoba, la sal negra, las runas, las piedras…


De vuelta a casa, mientras el aire alborota mi melena, no he podido reprimir una carcajada al pensar en la cara de mis vecinos cuando salgan a tender…


                                                                                                                Belén Cano Padilla



martes, 2 de mayo de 2023

 OFRENDA


    Alma, corazón y cuerpo son en mí, amalgama inseparable.

    En mi piel están escritas todas las historias que me moldean: noches sin luna, heridas añejas, soledades, el desamparo del amor errante, la esperanza que renace: primavera eterna. Un lugar acogedor resurgido entre escombros...

    No quiero que te quedes en la frontera de lo que soy. Saldré descalza a tu encuentro, mis manos hospitalarias en señal de ofrenda. Entra despacio. No rompas nada. No soy lugar de paso. Siénteme hogar, aunque solo te quedes un instante...

                                                                                                                                    BCP