sábado, 26 de julio de 2025

 Tiempo de libélulas


Hace dos veranos, se derramó sobre Lara, la esperanza de la existencia del amor cierto habitando un pecho distinto al suyo.


_ ¡Llegas tarde, pero llegas, al fin!- pensó Lara asomada a su otoño.


El verano pasado, se derramó sobre Lara la decepción al descubrir, que lo que vivía en el pecho de Javier, poco tenía que ver con el amor que ella soñaba desde que guardaba recuerdos.


Se juró que no tendrían otro verano como el pasado. Y se ha cumplido, pero no de la forma que ella imaginaba…


_ Lo que yo quería, - susurró Lara desde sus ruinas-, eran tus ganas de mi ser entero. Tus manos recorriendo mi columna a cualquier hora. Tu presencia, por sorpresa ante mi puerta. Tu “hacer lo que sea” para no perderme…

Pero nada de eso ha sucedido en este verano lleno de libélulas y vacío de ti. Libélulas rojas, azules, amarillas me acompañan en mi andar solitario. Se paran en mi nariz, llenan mis flores. Me traen el recuerdo de lo no vivido a tu lado: la pasión, liberada al fin, del encierro de la distancia. Las ganas de construir, de avanzar, de crecer, de experimentar y descubrir juntos este tiempo que nos va quedando, donde es urgente poner el alma entera en el asador…

Las libélulas me traen el recuerdo de una playa sembrada de caracolas, en la que nunca nos desnudamos al amparo de la luna. Calles estrechas de ciudades milenarias, por las que no paseamos de la mano.

Cuánta soledad acompañada, amor, en esas interminables horas de sofá y mando a distancia, mientras tus manos impasibles descansaban a centímetros de mis ganas…Y la luna y el mar, aguardando fuera.

Cuántas horas de insoportable espera, amor, hasta que llegaba al fin, mi dosis semanal de caricias…

¡Y cuánto amor y cuánta soledad y cuánta pena me he tenido que tragar porque no era el día, ni la hora!

En este verano lleno de libélulas y vacío de ti, te echo tanto de menos como cuando estábamos juntos…


¿Qué querías de mí, amor, si no era a mí?


BCP


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