viernes, 12 de septiembre de 2014

ME DECLARO EN HUELGA...
Me declaro en huelga

Me declaro en huelga contra...

los que deciden por mí si debo o no vivir o trabajar,
los que hablan por mí sin escucharme,
los que piensan por mí sin pensar ellos mismos,
los que opinan por mí sin tener su propia opinión,
los que dicen ayudarme y solo se ayudan a ellos mismos.

Me declaro en huelga contra…

los que me dicen por qué, cuándo, cómo y por quién he de sufrir,
los que me contaron de qué iba la vida sin antes haber aprendido a vivir,
los que intentan provocarme miedo en vez de animarme a amar,
los que buscan a cualquier precio la compañía sin atreverse a disfrutar de la soledad,
los que llaman amor a cualquier cosa,
los que no tienen valor de ser ellos mismos y sentir,
los que hablan de mi verdad sin conocerme,
los que hacen que este mundo nuestro sea incómodo, injusto e insolidario,
los que en aras del progreso esclavizan a las personas y destruyen la Naturaleza que nos acoge,
los que imponen a la fuerza su propia opinión,
los que se atreven a juzgar a los demás por no ser como ellos,
los que hacen discursos sin creérselos ni aplicárselos a ellos mismos,
los que intentan aplacar mi rebeldía,
los que viven una vida ajena y complaciente sin siquiera cuestionársela ni mejorarla,
los que ríen solo desde fuera sin sentirse alegres en su interior,
los que dicen ser felices resignados a su infelicidad,
los que no ven en mis fortalezas y debilidades las suyas propias,
los que delegan su responsabilidad en los demás con la coartada de amarles,
los que ni siquiera se dejan ayudar,
los que solo dicen palabras sin tener el valor de callar,
los que dicen quererte sin siquiera quererse ellos mismos antes,
los que tienen miedo ante mi manera personal de pensar, sentir o vivir porque les recuerda lo que ellos no han tenido el valor de lograr,
los que aman a gritos y con ostentación porque aún no saben amar de verdad, para siempre y en silencio.

Me declaro a favor...

de mí y de mi derecho inapelable a pensar, sentir y hacer por mí mismo sin renunciar,
de mi singular manera de respetar, entender y amar sin imponerlo a los demás,
de un mundo nuevo que debe cambiar para ser más justo, solidario y humano,
de mi oportunidad única de aprender a vivir aunque para ello a ratos tenga que sufrir,
de la Naturaleza que nos enseña a cada instante cómo vivir más y mejor,
de sentir alegría y pena a ratos aunque ya siempre sea con sentido,
de mi derecho a vivir y a morir en paz,
de mi firme propósito conmigo mismo, con mi Alma y contigo, 
de vivir, amar y compartir para siempre mis momentos de felicidad y de infelicidad, con amor.

(Miguel Benavent)

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