MIL PALABRAS

    Busco en la fotografía la imagen que corresponde a las mil palabras que me brotan dentro. No me encadenes a una ventana a esperar la vida. Dame caminos, que yo pueda salir a buscarla, que yo lo que quiero es que no marchite la flor de la vereda, que el alar del jilguero me lleve a lugares en los que nunca he estado, que la ventana me cuente las historias que la habitan.

    No quiero, ni necesito conocer a otra gente que me enseñe técnicas. Sólo me interesan las que de tu boca salgan mientras me das la mano. No quiero ni necesito convivencias más que contigo, que me vienen demasiado grande los amaneceres vacíos de ti.

    Fotografiar es para mí, otra forma de poesía. O lo que es lo mismo, manantial por el que vaciar la pena, cuerda de rafia con la que remendar las quebracías del alma. Dime, ¿quién puede enseñarme a sanar mis heridas?

    En el otoño estoy instalada. El tiempo que me queda es para vivir con y desde el corazón. No quiero nada sin alma a mi vera.

MALES

        Te traigo una taza de leche con miel. Te arropo. Ponte el termómetro. ¿Cómo te encuentras? Estoy al otro lado de la puerta por si me necesitas. He comprado el pan. Voy a la farmacia a por el jarabe de la tos. He preparado caldo por si te apetece...¡Existen tantas formas de cuidarnos cuando estamos enfermos! Desde luego, dejarnos solos, no es una de ellas.

          Amar es estar también en aquellos lugares donde el que no ama. nunca estaría. El amor jamás puede ser un súbdito del miedo. No pueden coexistir bajo el mismo techo.

            Rogaría a los cielos que nos librase de la enfermedad, que nos dejase vivir en paz hasta el último suspiro. Pero eso, es imposible hasta para un dios. Sí imploro, con el alma desnuda, sin dudarlo un instante, que nunca nos dejen solos en la enfermedad, qué siempre esté el amor, al otro lado de la puerta.

 

SOLEDAD

   Hay trenes que se pierden, no porque uno no quiera subir a ellos, sino porque sabes que nadie va a esperarte en la estación.