EFÍMERO
Almaceno en mi desván, sacos llenos de palabras de amor. Todas las que me han regalado a lo largo de mi tiempo, están ahí...
Si escribiera poemas con ellas, podría llenar de versos, un puñado de otoños...
Si las arrojara por un acantilado, se llenarían los mares. Palabras de amor a la deriva se enredarían en las redes y enamorarían a los pescadores...
Si las quemara en una hoguera, llenarían el cielo de amor evaporado. Y el sol lloraría ocasos a todas horas del día y de la noche...
Más, ningún bosque podría jamás brotar de mis sacos rebosantes de palabras, pues solo son semillas hueras, desnudas de hechos que las abracen...
De esos actos, aún en silencio, podrían germinar olivos centenarios. Pero, de esos, casi no tengo...Acaso unos cuantos que tímidos se arremolinan en el fondo de una taleguilla de tela azul, preñados de olor a clavo y canela...Aunque su aroma acaricie el alma, son tan pocos, que a penas alcanzan para escribir un par de versos o para garabatear el boceto de una historia de amor verdadera...

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