LA SOLEDAD DEL DESEO
Siempre me hablaron del fracaso que era quedarse solo.
Nadie me habló del dolor desgarrador de la soledad acompañada.
Siempre me enseñaron a cuidar.
Nadie me enseñó a cuidarme.
Siempre me hablaron de satisfacer las necesidades y deseos de los otros.
Nadie me habló de que mis necesidades y deseos, también eran importantes.
Siempre me enseñaron que sentir era una debilidad.
Nunca me enseñaron a escuchar la brújula de mi pecho.
Siempre me enseñaron que el amor es algo que se encuentra.
Nunca me enseñaron que el amor es algo que se construye.
Siempre me hablaron de la necesidad de sexo de los hombres.
Nadie me habló de las noches en que tendría que hacer el amor conmigo, para no morir de deseo...
Pero aprendí. Aprendí, aunque nadie me lo enseñara...A conocer otras versiones más amables de la soledad. A convertirla en mi aliada, en mi refugio, en mi libertad...
Aprendí a cuidarme y sostenerme, para poder cuidar sin deshacerme...
Aprendí a escuchar con respeto mis deseos y a responderlos...
Aprendí a construirme escuchando mis sentires: mi alegría, mi tristeza, mi dolor, mi rabia, mi deseo...
Aprendí a no buscar el amor sino a serlo. Ser amor y hacer con amor todas las cosas...Sólo siendo amor desde el centro de uno mismo, puede encontrarse a quien esté dispuesto a construirse con nosotros...
Aprendí a conocer mi cuerpo, a descubrir todos sus rincones, a ofrecerme ,generosa, las caricias que no encontraba en otras manos...
He aprendido a estar conmigo. Y me he prometido, no dejarme sola nunca más...

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