LABERINTO
Esta noche está llena del frío de mil inviernos.
Llena de soledad de náufrago.
Quiero regresar al segundo anterior al momento en que elegiste no venir, para hacerte cambiar de idea tan solo con una mirada...
Ya es mediodía, aunque siga siendo de noche...campo yermo, desolación de desiertos al no saber cómo enseñarte a comprender esta versión de la tristeza que hoy siento y que abre simas entre nosotros que no puedo consentir.
Me siento en el suelo como un Buda. Las manos descansando sobre mi vientre: espacio bendito, dador de vida. Invoco a todo lo sagrado: el tiempo que se nos ha concedido, el amor puro y cierto que no me cabe hoy dentro del pecho y se derrama de mí sin que mi voluntad pueda impedirlo. Invoco la sabiduría de nuestros ancestros: no nos dejéis solos...
Quiero aprender a tornar este sentir en semillas fértiles donde moren tardes de mayo. Quiero, que cuando vuelva a llegar esta tristeza, se quede en mí. Qué no perturbe tu paz . Qué sea enseñanza, crecimiento...Qué no duela...
Quiero que cada uno de mis actos, cada uno de mis pasos, sean agua bendita para este vínculo que siento sagrado...
Y mientras todo esto llega en plenitud, hoy quiero permitirme abrazar a la niña que en mis adentros, aún sangra cuando menos lo espero. He de acunarla en mi regazo, consolarla de su miedo, mostrarle los jazmines azules que ya brotaron hace tiempo.
Amor mío, abrázanos a las dos...Tan solo eso...y el laberinto será de nuevo camino

No hay comentarios:
Publicar un comentario