sábado, 18 de octubre de 2025
ALBEDRÍO
miércoles, 15 de octubre de 2025
UN PENTÁCULO EN LA PUERTA
Era el año 1325. Todo era muy distinto a como lo conocemos ahora. Y dentro de ese mundo diferente, otros mundos habitaban. Esta es la historia de un pez que guarda un secreto y de Anjana, una mujer joven de cabello largo como la lluvia, oscuro como la noche y mirada sabia de ancestros.
El pez vive en un arroyo manso, al amparo de nenúfares blancos que le sirven de morada.
El arroyo sacia la sed de árboles preñados de siglos, en el bosque de Basaur.
Anjana vive en una cabaña de madera acariciada por la sombra de los sauces. El pez la mira sin ser visto. La ve plantar calabazas en las noches de luna creciente.
Se acerca Samhain y Anjana recolecta manzanas para la fiesta. Siente añoranza por los Sabbats compartidos con las mujeres de su familia. Ya, la rueda del año se ha completado demasiadas veces, en completa soledad.
En los rituales, la mujer implora un amor presente, una compañía real. El refugio de un abrazo cierto, el calor de otro ser humano...Paciente búsqueda de algo que no llega. Aguarda con la paciencia del sauce.
Muérdago, acebo y piña en Yule. Velas y pan, en Imbolc. Ostara, Beltaine, Litha, Lughnasadh, Mabon...en todas la misma plegaria...
El pez sabe que un día llegará Busgosu, con rizos dorados y girasoles en las manos. También sabe, porque conoce todos los secretos del bosque, que la risa de Anjana durará el tiempo que tarden en marchitar los girasoles...
Era el año 1325. Todo era muy distinto a como lo conocemos ahora. Todo era como sigue siendo...Las personas continúan aguardando el refugio de un abrazo cierto. El calor de otro ser humano...La paciente búsqueda de algo que no llega.
Belén Cano Padilla
domingo, 12 de octubre de 2025
LA SOLEDAD DEL DESEO
Siempre me hablaron del fracaso que era quedarse solo.
Nadie me habló del dolor desgarrador de la soledad acompañada.
Siempre me enseñaron a cuidar.
Nadie me enseñó a cuidarme.
Siempre me hablaron de satisfacer las necesidades y deseos de los otros.
Nadie me habló de que mis necesidades y deseos, también eran importantes.
Siempre me enseñaron que sentir era una debilidad.
Nunca me enseñaron a escuchar la brújula de mi pecho.
Siempre me enseñaron que el amor es algo que se encuentra.
Nunca me enseñaron que el amor es algo que se construye.
Siempre me hablaron de la necesidad de sexo de los hombres.
Nadie me habló de las noches en que tendría que hacer el amor conmigo, para no morir de deseo...
Pero aprendí. Aprendí, aunque nadie me lo enseñara...A conocer otras versiones más amables de la soledad. A convertirla en mi aliada, en mi refugio, en mi libertad...
Aprendí a cuidarme y sostenerme, para poder cuidar sin deshacerme...
Aprendí a escuchar con respeto mis deseos y a responderlos...
Aprendí a construirme escuchando mis sentires: mi alegría, mi tristeza, mi dolor, mi rabia, mi deseo...
Aprendí a no buscar el amor sino a serlo. Ser amor y hacer con amor todas las cosas...Sólo siendo amor desde el centro de uno mismo, puede encontrarse a quien esté dispuesto a construirse con nosotros...
Aprendí a conocer mi cuerpo, a descubrir todos sus rincones, a ofrecerme ,generosa, las caricias que no encontraba en otras manos...
He aprendido a estar conmigo. Y me he prometido, no dejarme sola nunca más...
sábado, 11 de octubre de 2025
ESPECIAS Y MADERA
Si tú supieras, amor, todo lo que hemos hecho hoy…Llegaste un poco tarde para comer. Ya había empezado yo,creyendo que no venías. Pero llegaste con tu risa y ya dejó de importarme si la comida se enfriaba en el plato…Con una carcajada, derramamos los garbanzos. Vociferaron en turco, mientras caían al suelo. Como no podía ser de otra manera, te pusiste a hablar con ellos mientras los regresabas a la cuchara…Reí en tu boca…
Después vino la siesta…no te la voy a contar, mejor la imaginamos…
Entre la siesta con mis gatos enredados en nuestros pies y la noche en tu cama,faro, playa… solo recuerdo tu música saliendo de la ventana de tu cocina y colándose en mis guisos como especias sanadoras…Por un momento vi cómo mi abuela hacía dibujos de orégano en mis manos. Reverdeció el romero en la maceta. Soñé la flor del tomillo contigo a mi vera… Olor a clavo y canela en tu piel…Busqué tus manos…Me brotó de los ojos una lluvia mansa. También de amor se llora…se ríe, se vive…De todo ello germinan las semillas…
Cuántas cosas hemos hecho juntos hoy, sin tú saberlo, amor…
Ahora duermes tan cerca de mí…y yo te escribo…Las caricias de hoy, las he guardado en una talega de pequeñísimos cuadros azules y blancos. Estaban desparramadas por toda la casa, pero he logrado recogerlas todas. Si mañana llamas a mi puerta, te las daré, por si las quieres sembrar en tu pecho…
Tú también has guardado los besos, ¿a qué sí? por si mañana llamo a tu puerta y quiero guardarlos muy dentro…
Sueño dormir en tu pecho, amor. En esa isla nueva en la que ahora descansas. Quiero sentir cómo se transforma la tristeza en poesía…
jueves, 25 de septiembre de 2025
viernes, 19 de septiembre de 2025
EFÍMERO
sábado, 16 de agosto de 2025
sábado, 9 de agosto de 2025
martes, 5 de agosto de 2025
LA FUENTE DEL REY
Sólo las aves, la vida mansa de la laguna y yo...También tú estás aquí, aún no te has ido. Estás en mí. Te siento…
La laguna es poesía, otra vez…No había vuelto desde aquella tarde en que la última gota colmó el vaso. Y me mostró con la nitidez rotunda que tú buscas en tus fotografías, cuál iba a ser mi vida a tu vera: una ausencia ancha con migajas de presencia. Una fotografía minimalista iba a ser mi vida contigo: una imagen abandonada en un infinito de soledad. Un “siempre echarte de menos”. Una pregunta eterna en mi boca: ¿por qué no estás aquí? El hambre, el frío siempre...
Entre el estanque y la laguna, un conejo me mira fijamente. Se esconde tras la hierba. Me ve llorar. Me acompaña.
He tosido y se ha ido corriendo. Ya no está. Con la misma facilidad, has desaparecido tú de mi vida.
Hace calor. El cielo es un vacío azul que no termina. Pero el crecer lento de las granadas y los membrillos, habla de otoño. Con la misma paciencia de los frutos, debo aguardar un amanecer en que ya no duelas. No es todavía. Aún sangran alma triste mis heridas…Aún seguimos allí sentados, observando las aves de la laguna. Nos reímos bajito para no espantarlas…
sábado, 26 de julio de 2025
Tiempo de libélulas
Hace dos veranos, se derramó sobre Lara, la esperanza de la existencia del amor cierto habitando un pecho distinto al suyo.
_ ¡Llegas tarde, pero llegas, al fin!- pensó Lara asomada a su otoño.
El verano pasado, se derramó sobre Lara la decepción al descubrir, que lo que vivía en el pecho de Javier, poco tenía que ver con el amor que ella soñaba desde que guardaba recuerdos.
Se juró que no tendrían otro verano como el pasado. Y se ha cumplido, pero no de la forma que ella imaginaba…
_ Lo que yo quería, - susurró Lara desde sus ruinas-, eran tus ganas de mi ser entero. Tus manos recorriendo mi columna a cualquier hora. Tu presencia, por sorpresa ante mi puerta. Tu “hacer lo que sea” para no perderme…
Pero nada de eso ha sucedido en este verano lleno de libélulas y vacío de ti. Libélulas rojas, azules, amarillas me acompañan en mi andar solitario. Se paran en mi nariz, llenan mis flores. Me traen el recuerdo de lo no vivido a tu lado: la pasión, liberada al fin, del encierro de la distancia. Las ganas de construir, de avanzar, de crecer, de experimentar y descubrir juntos este tiempo que nos va quedando, donde es urgente poner el alma entera en el asador…
Las libélulas me traen el recuerdo de una playa sembrada de caracolas, en la que nunca nos desnudamos al amparo de la luna. Calles estrechas de ciudades milenarias, por las que no paseamos de la mano.
Cuánta soledad acompañada, amor, en esas interminables horas de sofá y mando a distancia, mientras tus manos impasibles descansaban a centímetros de mis ganas…Y la luna y el mar, aguardando fuera.
Cuántas horas de insoportable espera, amor, hasta que llegaba al fin, mi dosis semanal de caricias…
¡Y cuánto amor y cuánta soledad y cuánta pena me he tenido que tragar porque no era el día, ni la hora!
En este verano lleno de libélulas y vacío de ti, te echo tanto de menos como cuando estábamos juntos…
¿Qué querías de mí, amor, si no era a mí?
BCP






















































































